Tal y como te contamos la semana pasada, existen distintos tipos de cables de acero. Pero, ¿sabes cuál es el uso de cada tipo? Pues hoy en Bezabala te lo contamos todo:
Cables de acero cincado
Los cables de acero cincado son cables normales de acero recubiertos con una delgada capa de cinc, que garantiza una buena resistencia a la corrosión y a la oxidación.
Sin embargo, al estar realizados completamente de acero y no en aleaciones mixtas de otros metales, estos productos garantizan, con respecto a los cables de acero inoxidable, una mayor resistencia mecánica, debido precisamente a la pureza del material utilizado.
Los cables de acero cincado se pueden utilizar en los sistemas de elevación, como cuerdas para transmisiones flexibles en engranajes de diferente tipo o como cables para redes de protección contra caída de rocas. Su revestimiento de cinc los hace más resistentes a las abrasiones, la oxidación y el desgaste, y, por lo tanto, duran mucho más que los cables de acero no galvanizado.
Estructura y dimensiones
Normalmente, los cables de acero están formados por un alma central y por una corona de hebras enrolladas en hélice alrededor de aquella.
Las hebras son grupos de hilos individuales de acero, también enrollados en hélice alrededor de un hilo central. Por su parte, el alma central puede ser de material textil o estar formada a su vez por una hebra.
La estructura del cable influye directamente en sus propiedades fundamentales, como la resistencia a la tracción y a la rotura, la flexibilidad y la capacidad de torsión.
Por lo que concierne a las dimensiones, los cables de acero más utilizados van desde los más delgados de 1 mm de diámetro hasta los más gruesos de 40 mm o más, indicados para aplicaciones muy duras, como la elevación de cargas pesadas.