
Cómo funciona un dispositivo de carga
Los dispositivos de carga son parte fundamental del equipo empleado para todas las operaciones de elevación.
Dichas sujeciones ensamblan el objeto a la máquina de ascensión y están disponibles en una amplia gama de configuraciones que admiten muchas aplicaciones.
Las conformaciones contienen una o varias fracciones (como tramado curvo, trenzas planas, eslingas trenzadas y plegadas por cable), aberturas, eslingas con patas simples, bridas de patas múltiples junto con grandes cantidades de complementos.
¿Quieres saber más? Pues hoy en Bezabala te lo contamos todo.
¿Por qué cables?
Las eslingas de cable son ampliamente preferidas para las operaciones de levantamiento de cargas pesadas, que son una parte integral de las actividades en los sitios de construcción.
Comprende un factor medular del instrumental en la industria manufacturera y requiere una gran cantidad de cambios y también de elevación de carga pesada.
Estas cargas pueden variar en forma y tamaño dependiendo de la actividad de fabricación para la que se utilizan. Este sector manufacturero se encuentra profundamente vinculado con la ingeniería y los esquemas de producción, pero también incluye una amplia gama de actividades como pueden ser la manufactura, el envasado, la comercialización de los efectos culminados, y algunas otras.
Una selección de las eslingas de aleación de metal correcta depende de la aplicación de la eslinga en cualquiera de estas actividades.
El diseño
Casi todas las categorías de eslingas de filamentos metálicos comúnmente portan el apelativo del filamento metálico y la cantidad de cables que forman un hilo así como también las fibras que recubren la superficie del centro.
Están disponibles diferentes tipos de eslingas utilizadas durante la confección de artículos.
Las eslingas de cable son una pieza trascendental del aparejo de ensamblaje, y por lo tanto, se deben levantar cuidadosamente. El manejo incorrecto de las eslingas logra inestabilidas en la carga generando un accidente de gran peligro.

El trincaje en el sector del transporte (II)
Tal y como vimos la semana pasada, el trincaje se conoce como la acción necesaria de sujetar, inmovilizando firmemente mediante los materiales o elementos requeridos, contenedores, cajas, palets, maquinaria y, en general, todo tipo de mercancías que sean transportadas con medios marítimos, terrestres o aéreos.
Pero, ¿cuál es la finalidad del trincaje? Pues toma nota porque hoy en Bezabala te lo contamos todo.
Tipos de trincaje
Según explican algunos expertos los principales tipos son:
- Aquellos que ofrecen soluciones a medida y cubren las necesidades de transporte globales, tanto si se trata de cargas dinámicas –por ejemplo del ámbito náutico-, productos químicos peligrosos o artefactos frágiles.
- Trincajes que se basan en flejes flexibles no metálicos. Existen con una amplia gama de anchuras y resistencias.
- Sistemas de trincaje textiles que usan cintas tejidas de poliéster.
Seguro del transporte
Además de la importancia que este proceso tiene para que las mercancías lleguen correctamente a destino, hay que saber que el seguro del transporte -y las normativas vigentes a nivel aéreo, terrestre y marítimo- reflejan, entre otros motivos, que se puede rechazar un siniestro o no admitir mercancías en tránsito por falta de trincaje o insuficiencia del mismo.
Por otro lado, es el cargador quién tiene la responsabilidad de estibar y sujetar adecuadamente la carga, salvo que dichas operaciones hayan sido expresamente contratadas al operador logístico.
También el cargador debe preparar las mercancías en envases y embalajes adecuados para el modo de transporte y el medio de transporte que se vayan a utilizar. Precisamente, este punto, el embalaje, es otro de los aspectos clave para que una mercancía llegue intacta a su destino.

El trincaje en el sector del transporte (I)
El trincaje se conoce como la acción necesaria de sujetar, inmovilizando firmemente mediante los materiales o elementos requeridos, contenedores, cajas, palets, maquinaria y, en general, todo tipo de mercancías que sean transportadas con medios marítimos, terrestres o aéreos.
Pero, ¿cuál es la finalidad del trincaje? Pues toma nota porque hoy en Bezabala te lo contamos todo.
La finalidad del trincaje es prevenir y evitar posibles daños por golpes, rozaduras, desplazamientos o vuelcos en su contenido o en el medio de transporte. Por ello, mejora la seguridad durante el proceso de transporte.
Una mala colocación de una mercancía puede ocasionar golpes, desplazamientos o vuelcos produciendo daños e incluso accidentes con riesgo para las personas y el medio ambiente.
De esta manera, por norma general, toda operación de carga o estiba en un medio de transporte (buque, camión o avión) siempre tiene que ir unida a la de trincaje, excepto cuando la característica de la carga o del medio de transporte facilite una total ocupación del espacio y no permita que queden huecos libres. Este supuesto tan sólo se produce ocasionalmente, de ahí la necesidad de las operaciones de este tipo como un complemento necesario a una operación logística.
Estudio de la carga
Para efectuar un trincaje correctamente es imprescindible realizar un estudio de la carga o mercancía a inmovilizar, saber el lugar donde se inmovilizara, el tipo de transporte que se va a realizar (marítimo, terrestre…) y cuál es la normativa a aplicar. Los principales factores que hay que tener en cuenta para definir el tipo de sujeción son:
- Las dimensiones de la carga.
- Los valores de aceleración.
- El ángulo de amarre.
- Los factores de fricción.

Medidas de prevención a la hora de manejar una grúa
Tal y como vimos en el blog de la semana pasada, la prevención de riesgos, la utilización de material adecuado y la experiencia juegan un papel clave a la hora de manejar una grúa.
Además de la utilización de cascos y del resto de equipo de protección, es necesario que en toda obra existan diferentes medidas de prevención. Y estas son especiales cuando hablamos de la utilización de grúas. Esto se debe a que los factores de riesgo son todavía mayores ya que pueden existir fallos eléctricos, mecánicos o unas medidas de seguridad poco adecuadas.
Si hablamos de reducir riesgo en la utilización de grúas, resulta fundamental poder contar con los siguientes elementos:
- Botones de control.
- Sistema de parada de emergencia.
- Bloqueo de seguridad con llave.
- Barandillas que ofrezcan protección en los pasos elevados.
- Carteles que sirvan como señalización de riesgos.
Con estas medidas podremos reducir los riesgos prácticamente al mínimo. Sin embargo, cuando se trabaja con grúas también es necesario que la maquinaria esté revisada para que su funcionamiento sea óptimo. Además de contar con operarios con la formación apropiada y la experiencia necesaria para trabajar con ellas.
Todas unas normas de seguridad que cumplimos desde Grúas Bretones. ¿Confían en nosotros?

Evolución de las grúas en los últimos siglos
¿Alguna vez te has preguntado cómo ha sido la evolución de este invento en los últimos siglos? Pues hoy en Bezabala te lo contamos todo.
En el siglo XV el alemán Konrad Kyeser planeó una grúa impulsada por las aspas de un molino de viento, pero no llegó a funcionar. En 1550 el metalúrgico y alquimista Georgius Agrícola empleaba energía hidráulica de un molino de agua para hacer funcionar grúas fijas pequeñas.
Pero eran ideas que en la práctica resultaban ineficaces, como también la ocurrencia de Leonardo da Vinci en 1480: una grúa móvil provista de aguilón y contrapesas, con la particularidad moderna de que giraba sobre sí misma en un ángulo de ciento ochenta grados.
La grúa no se modernizó hasta la invención de la máquina de vapor. Ninguno de estos venerables artefactos tiene mucho que ver con la grúa actual, algunas de las cuales levantaban en 1988 hasta tres mil toneladas, lo que resulta poca cosa si se compara con la capacidad de la gran grúa americana de la compañía Brown & Root: seis mil quinientas toneladas.
Etimología de la palabra grúa
El término, en su acepción de máquina para levantar pesos es de uso no muy anterior al siglo XVI. Al castellano arribó procedente del catalán, donde estaba en uso a finales de la Edad Media.
La etimología última tiene que ver con la figura de la “grulla”, al levantar esta ave su pico. Empezó a denominarse así en los puertos orientales al ingenio o artefacto del que se ayudaban los barcos para sacar la mercancía.