
Para qué sirven las cámaras frigoríficas (I)
Las cámaras frigoríficas son instalaciones de refrigeración de tamaño pequeño, mediano o grande, que tienen como fin, el de reducir o mantener a un nivel muy bajo de temperatura una mercancía determinada, habitualmente alimentos u otro tipo de elementos.
Pero, ¿quieres saber todo sobre éstas? Pues hoy en Bezabala te lo contamos todo.
Tipos de cámaras frigoríficas
Existen dos grandes tipos de cámaras frigoríficas, las de refrigeración y las de congelación.
Las cámaras de refrigeración guardan y almacenan la mercancía hasta los 0ºC y las de congelación pretenden almacenar mercancías en temperatura de congelación dependiendo de las necesidades de almacenamiento del producto.
Su uso está plenamente extendido en todo el mundo ya que se pueden conservar alimentos o mercancías en condiciones óptimas dada la capacidad de aislamiento y de conservación.
Construcción de cámaras frigoríficas
Normalmente están construidas a base de un elemento aislante que es el Panel Sándwich conformado por dos capas de acero pre-lacado que contiene en su interior un alma de espuma aislante que es el elemento aislante que evita el traspaso de temperaturas de un lado al otro del elemento.
Elementos de una cámara de frío
Otro elemento importante de una cámara frigorífica es la puerta. Esta puede ser de diferentes tipos: pivotante, corredera, de lona aislante, etc. Su misión es la de permitir el paso al interior de la cámara en las condiciones más adecuadas y necesarias.

Usos y tipos de cables de acero (II)
Tal y como te contamos la semana pasada, existen distintos tipos de cables de acero. Pero, ¿sabes cuál es el uso de cada tipo? Pues hoy en Bezabala te lo contamos todo:
Cables de acero cincado
Los cables de acero cincado son cables normales de acero recubiertos con una delgada capa de cinc, que garantiza una buena resistencia a la corrosión y a la oxidación.
Sin embargo, al estar realizados completamente de acero y no en aleaciones mixtas de otros metales, estos productos garantizan, con respecto a los cables de acero inoxidable, una mayor resistencia mecánica, debido precisamente a la pureza del material utilizado.
Los cables de acero cincado se pueden utilizar en los sistemas de elevación, como cuerdas para transmisiones flexibles en engranajes de diferente tipo o como cables para redes de protección contra caída de rocas. Su revestimiento de cinc los hace más resistentes a las abrasiones, la oxidación y el desgaste, y, por lo tanto, duran mucho más que los cables de acero no galvanizado.
Estructura y dimensiones
Normalmente, los cables de acero están formados por un alma central y por una corona de hebras enrolladas en hélice alrededor de aquella.
Las hebras son grupos de hilos individuales de acero, también enrollados en hélice alrededor de un hilo central. Por su parte, el alma central puede ser de material textil o estar formada a su vez por una hebra.
La estructura del cable influye directamente en sus propiedades fundamentales, como la resistencia a la tracción y a la rotura, la flexibilidad y la capacidad de torsión.
Por lo que concierne a las dimensiones, los cables de acero más utilizados van desde los más delgados de 1 mm de diámetro hasta los más gruesos de 40 mm o más, indicados para aplicaciones muy duras, como la elevación de cargas pesadas.

Usos y tipos de cables de acero (I)
¿Sabías que existen varios tipos de claves de acero? Pero, ¿sabes cuál es el uso de cada tipo? Pues hoy en Bezabala te lo contamos todo:
Los cables de acero son una familia de productos profesionales destinados a múltiples usos en sectores diferentes: elevación de cargas de diferente peso en el sector de la construcción, equipamientos de seguridad en las líneas de vida, refuerzo estructural en las redes de protección contra caída de rocas, ascensores y equipos de elevación en general, o bien como transmisiones flexibles e, incluso, como elementos en el sector arquitectónico.
Los cables de acero más utilizados para estas aplicaciones se dividen en tres tipos principales. Por ello, junto a los simples cables de acero sin revestimiento, el mercado también propone cables de acero inoxidable y cables de acero cincado, destinados a usos especiales.
¡Toma nota porque ahora te contaremos las características de cada tipo!
Cables de acero inoxidable
Los cables de acero inoxidable se fabrican con una aleación metálica especial que comprende acero y otros materiales, como cromo, molibdeno, níquel y carbono, según las propiedades que se desean obtener en el producto final.
La propiedad que tienen en común los cables de acero inoxidable es la alta resistencia a la oxidación y a la corrosión, una característica que los hace especialmente indicados para usarse en ambientes húmedos.
Los cables de acero inoxidable se utilizan en el sector náutico, en el sector de la construcción para las líneas de vida, como cuerdas de transmisión, que también es posible utilizar en ambientes húmedos, y como elementos para barandillas, escaleras y antepechos expuestos a agentes atmosféricos.
Los cables de acero inoxidable más utilizados en estas aplicaciones se realizan con AISI-316, una aleación caracterizada por la excelente resistencia a la corrosión intercristalina y la resistencia a aplicaciones a altas temperaturas, superior con respecto a otras aleaciones de acero inoxidable.

Historia de la polea
Una polea es una máquina simple.Una rueda, generalmente maciza y acanalada, que con el curso de una cuerda se usa como elemento de transmisión en máquinas y mecanismos, para cambiar la dirección del movimiento o su velocidad y reducir la magnitud de la fuerza necesaria para mover un peso.
Pero, ¿cuál es la historia de este invento? Pues hoy en Bezabala te lo contamos todo.
Según definición de Hatón de la Goupillière «la polea es el punto de apoyo de una cuerda, que moviéndose, se arrolla sobre ella sin dar una vuelta completa», actuando en uno de sus extremos la resistencia y en otro la potencia.
De este modo, la polea se emplea principalmente para transmitir movimientos o para elevar cargas. La forma que adoptan las acanaladuras de las ruedas cambia en función del tipo de objeto que vaya a pasar por ellas.
Historia
No se sabe quién inventó la polea ni cuándo; la única nota histórica sobre su uso se debe a Plutarco quien en su obra «Vidas paralelas» relata que Arquímedes, en carta al rey Hierón de Siracusa -a quien unía gran amistad-, afirmó que con una fuerza dada podía mover cualquier peso e incluso se jactó de que si existiera otra Tierra yendo a ella podría mover ésta. Hierón, asombrado, solicitó a Arquímedes que realizara una demostración, acordando ambos que fuera un barco de la armada del rey el objeto a mover ya que Hierón creía que éste no podría sacarse de la dársena y llevarse a dique seco, sin el empleo de un gran esfuerzo y numerosos hombres.
Según relata Plutarco tras cargar el barco con muchos pasajeros y con las bodegas repletas, Arquímedes se sentó a cierta distancia, y halando la cuerda arrastró sin gran esfuerzo el barco, sacándolo del agua tan derecho y estable como si aún permaneciera en el mar.
Tipos
Según su desplazamiento, las poleas se clasifican en:
- Fijas: aquellas que se suspenden de un punto fijo y, por lo tanto, no sufren movimiento de traslación alguno, cuando se emplean.
- Móviles; que son aquellas en las que un extremo de la cuerda se suspende de un punto fijo y que durante su funcionamiento se desplazan, en general, verticalmente.
- Compuestas o polipasto: cuando la polea se encuentra reunida con otras -formando un sistema-, recibe la denominación de combinada o compuesta.